jueves, 15 de julio de 2010

la mejor manera de ser campeona del mundo de la WCF 2010: gestionando eficientemente el talento.

Es el camino que la selección española de futbol ha utilizado para ganar el campeonato del mundo de Sudáfrica 2010. Es una buena noticia para los amantes del alto rendimiento deportivo, como espacio donde se cultiva las mejores virtudes de la excelencia en el deporte: cultura de esfuerzo, pasión y perfeccionismo positivo, trabajo en equipo, alta competencia, tolerancia al estrés, manejo de la presión y juego limpio, entre otras.

Frente a los que defienden un modelo resultadista en donde todo vale y que hay que ganar de cualquier manera, como la apuesta del equipo holandés que disputó la final y la perdió, el camino utilizado por el equipo español se centró fundamentalmente en desarrollar su juego, centrándose en la tarea y manteniéndose firme cuando los resultados le fueron desfavorables, como en el caso del partido contra Suiza.

Hay que agradecerle al entrenador, V. Del Bosque, que haya sido fiel a su filosofía y reconocerle la valentia que ha tenido para mostrarnos que el mejor camino para alcanzar un resultado excepcional, es hacer bien las cosas. A lo largo de todo el campeonato ha dejado en evidencia a aquellos que defienden el resultado a toda costa, como en el caso del equipo holandés, que planteó y desarrolló un juego sucio, excesivamente duro, lesivo, marrullero y falto de calidad.

Es un excelente mensaje para todos los que nos dedicamos y amamos el alto rendimiento deportivo: “ Que todavía se puede ganar haciendo bien las cosas, sin necesidad de hacer trampas, de utilizar la violencia para frenar al contrario o recurrir a cualquier precio para conseguirlo”.Dos palabras lo resumen: excelencia y deporte.

domingo, 11 de julio de 2010

la pasión y la motivación: una alianza de doble filo

Quince dias después de finalizar el partido de cuartos de final entre Brasil y Holanda, disputado durante el Campeonato del Mundo Jobourg-10 en Sudafrica, sigo recordadno la imagen del jugador brasileño Robinho, con el rostro desencajado y los ojos desorbitados, increpando al jugador holandés Van Bommel por una acción del juego a los 15 mintos del partido. Era el reflejo del exagerado nivel de activación de los jugadores brasileños en general.

Cuando se confunde estas dos variables psicológicas, se cometen errores de difícil reparación inmediata. Entre ambas se configura el nivel de excitación óptimo (semejante al estado flow) y, el hecho de estar alta e intensamente motivado hacia el logro siempre es positivo, pero no ocurre lo mismo con las emociones, porque el exceso de pasión nos lleva a un exceso en la activación, con consecuencias negativas para el rendimiento óptimo.

Estar bajo el dominio de las pasiones impide una toma de decisiones racional durante muchas fases del juego lo que, a veces, se traduce en entradas durísimas sin conexión con el desarrollo del juego, que provocan “tarjeta roja”, es decir, la autoexpulsión del partido.

También afecta a la toma de decisiones rápida, sobre todo a la capacidad anticipativa y a capacidad la táctica, eliminando el “feeling” (las buenas sensaciones) y los reglajes automáticos en la ejecución del movimiento, lo que provoca un juego impreciso, mediocre, farragoso y poco vistoso.

Además, como en este caso, cuando la hostilidad es muy elevada se produce un mayor gasto de energia frente a las mismas tareas, con el consiguiente aumento de la fatiga, tanto real como percibida, acentuándose los errores señalados anteriormente: juego sucio, violento y poco eficiente.

Todas estas cuestiones se dieron durante el transcurso del mencionado partido, en el que los futbolistas brasileños jugaron muy por debajo de su nivel, recurriendo a la hostilidad y olvidándose del potencial que poseen para desarrollar un juego de excelencia, acorde a sus prestaciones. Lo curioso es que esta alianza entre las emociones y la motivación se ven como “un todo”, sin posibilidad de identifiar la función que cada una de ellas cumple en el alto rendimiento deportivo, confundiendose continuamente la activación con la motivación.

sábado, 3 de julio de 2010

apelar al patriotismo o una forma de desconcentrar y presionar negativamente a los jugadores

En un artículo publicado en el Diario Vasco (03/07/10), relacionado con el partido que enfrenta a los equipos de Alemania y Argentina en el campeonato del mundo de Jobourg 2010, se hace referencia a unas declaraciones del entrenador argentino, A. Maradona, apelando al pariotismo como forma de motivar a sus jugadores.

“Les diré que se dejen la vida y que piensen que detrás de esto hay un país que no disfruta desde hace mucho tiempo y tiene una ilusión muy grande”.Sinceramentepiensoque, si los jugadores se centran en estas consignas, perderán su capacidad para focalizar la atención en las tareas y aumentará su nivel de ansiedad, al situarles en otro contexto diferente. Además, se apela a la presión exógena lo que provocará un aumento de ansiedad.

Y continua “ Depende de vosotros que la gente se levante cada mañana con una sonrisa o no”. Cualquier técnico que conozca el funcionamiento de las capacidades psicológicas se dará cuenta de que no existe relación alguna entre la felicidad de los argntinos y el plan de competición y que, además, responsabilizarles de algo que no depende de ellos, les puede generar desconcierto y falta de claridad de ideas durante el partido. Es decir, es una manera de enturbiar la respuesta emocional de los jugadores y de desfocalizar su atención, que debería estar centrada en las tareas y en aquellas cosas que dependen de ellos.Con este planteamiento es difícil que el equipo pueda mostrar su potencial durante el partido y ofrecer un juego de calidad, acorde a su nivel.Veremos lo que sucede.