viernes, 25 de septiembre de 2015

hemos disfrutado sufriendo

Controvertido comentario realizado por un jugador de baloncesto perteneciente al equipo español, una vez finalizado y ganado el Cto de Europa-15. Soy contrario a establecer esta asociación entre la práctica de una actividad que te apasiona con el sufrimiento.
Se disfruta practicando actividades que apasionan, independientemente del resultado de la misma, y cuanto más te cuesten, elevados niveles de esfuerzo o de adversidades más satisfacción te generan, cuando más igualada sea la confrontación más exigente será para el deportista. Pero de ahí a vincular disfrute y sufrimiento hay una larga distancia.
Todas las actividades voluntarias en las que las personas deben responder al límite de sus capacidades son atractivas y motivantes, supone elevado agonismo, reto personal y satisfacción  vital por el hecho de disputarlas. Pero también elevados o máximos  niveles de esfuerzo, alta asertividad y fortaleza mental  frente a las adversidades,  “dándolo todo”.  Por eso, el  sufrimiento como tal, no es un aliado reconocido para estos lances, porque la pasión lo transforma en satisfacción.    

lo que da la confianza son los puntos

          Interesante pensamiento relacionado con la construcción de la confianza, aparecido en el Diario Vasco (19/07/15), y atribuido a un jugador de la Real Sociedad de Fúlbol, en vísperas de disputar el partido contra el RCD Español. El desconocimiento sobre el funcionamiento de la confianza sigue siendo muy recurrente en las manifestaciones que realizan futbolistas y entrenadores en el entorno competitivo.
Lo que te puede ayudar a ganar los partidos es la autoconfianza, pero no al revés, porque la autoconfianza siempre se refiere a las creencias sobre  lo que va a suceder. Los partidos ganados o los puntos obtenidos, si refuerzan el nivel de confianza de los jugadores para disputar partidos en el futuro, pero eso es fruto del pasado; en ningún caso se puede vincular el nivel de la confianza en relación al partido que se va a disputar: “tenemos que ganar el partido para coger confianza”. Es como poner el carro por delante de los bueyes.

El partido que se va a jugar no guarda ninguna relación con el nivel y la estabilidad de la confianza antes de disputarlo, sino que más bien, necesitas un alto nivel y estabilidad de la confianza, para aumentar las probabilidades  de obtener un resultado positivo. Además, aceptar como algo natural la inestabilidad de la confianza (si tienes que ganar confianza es porque piensas que la has perdido),  es otro error mental que reduce las probabilidades de obtener un resultado exitoso. 

domingo, 13 de septiembre de 2015

el futuro suele llegar demasiado rápido

Interesante opinión del genial físico alemán A. Einstein,  fallecido en 1955,  que me hace recordar la importancia de no tener prisa para conseguir los objetivos que se propongan en el alto rendimiento: Cuanto menos prisa tengas por conseguirlos  más rápido llegarán: “sólo tienes que estar preparado cunado aparezcan”.
Tambien sugiere que, en demasiadas ocasiones, se pretende alcanzar objetivos de forma inmediata, cuando lo normal es que lleven su tiempo y, el hecho de que se necesite dicho tiempo, no es contradictorio con la llegada rápida, ni con las velocidades de consecución de los mismos. 
Además, construir el futuro tal y como deseamos que suceda, nos ayudará a tomar decisiones  encaminadas hacia aquellas cosas que nos lleven a conseguirlo. Demasiado rápido tampoco quiere decir poco tiempo, si no que nos coge desprevenidos o descolocados, dejando pasar el momento deseado. Por eso hay que estar preparados, con mucha dedicación y generosidad en el esfuerzo,  para aprovechar las oportunidades cuando éstas se presenten. 

a la perfección sólo se puede llegar desde la imperfección

Es una idea muy antigua que, a menudo, invade mis pensamientos y me ayuda a reflexionar sobre la importancia de aceptar los errores que comentemos porque, sobre ellos, construiremos el camino hacia la mejora y nos llevarán a alcanzar la excelencia.
Aceptar con tranquilidad que somos imperfectos, pero que podemos llegar a ser excelentes a pesar de ello, es un buen ejercicio de autoestima que refuerza la fortaleza mental que se necesita para responder a las exigencias del alto rendimiento  en el deporte.

Lo contrario, pensar que somos perfectos en nuestras acciones sin darnos  margen a equivocarnos, supone una carga de responsabilidad excesiva porque los errores  son una parte consustancial en el ser humano. Además, en situaciones de máxima exigencia competitiva, el miedo a equivocarse centra bel afrontamiento en la amenaza frente al reto,  dispara la ansiedad y contamina la respuesta emocional, con lo que hace imposible alcanzar rendimientos excepcionales cuando más se desean.