jueves, 10 de agosto de 2017

hablar consigo mismo puede ayudar a controlar el estrés, es decir, la autocharla (I)

          En un artículo publicado en el diario  Noticias de Gipuzkoa (8/08/17), se comentaban las conclusiones de las últimas investigaciones relacionadas con la importancia del autodiálogo para controlar el estrés; concretamente el hecho de hablarse a sí mismo en tercera persona constituye una forma relativamente fácil de autocontrol. Simplemente reflexionando sobre sus propios sentimientos en tercera persona: “Por qué está molesto Ekain? Hace que emocionalmente sea menos  reactivo que cuando se dirige así mismo en primera persona: Por qué estoy molesto?
            Según el doctor Jason Moser,  profesor asociado de psicología y responsable de una de las investigaciones, señala que: “En esencia, referirse así mismo en  tercera persona lleva a la gente a pensar sobre sí mismo  de forma más similar a cómo piensan sobre los demás, y esto se puede evidenciar en el cerebro. Ayuda a las personas a establecer cierta distancia psicológica de sus propias experiencias, lo que a menudo puede ser útil para regular las emociones”. En el experimento realizado en el Laboratorio de Psicofisiologia de la Clínica de Moser, reaccionaron a imágenes neutrales e inquietantes, tanto en primera como en tercera persona, mientras que su actividad cerebral era monitorizada por un encefalograma.
          Al reaccionar a las fotos perturbadoras, la actividad cerebral emocional de los participantes disminuyo muy rápidamente cuando se referían a sí mismos en tercera persona.  Las investigaciones también midieron la actividad cerebral relacionada con el esfuerzo de los participantes y llegaron a la conclusión que el uso en tercera persona no suponia más esfuerzo. Esto sugiere que, en el alto rendimiento, el uso de la “autocharla” en tercera persona puede ser una estrategia eficiente para regular las emociones  “in situ”, frente a otras formas de regulación emocional que requieren un considerable esfuerzo de concentración y de tiempo lo que, en la mayoría de las situaciones de elevada presión/ansiedad precompetitiva, no se dispone.