miércoles, 20 de diciembre de 2017

una de cal y otra de arena

          En unas declaraciones realizadas por el jugador uruguayo del C.F. Barcelona. L. Suarez, publicadas en el diario Marca (4/12/17), comentaba : “Hay veces que uno sabe que por mucho que haga el balón no entrará”. Es evidente que este tipo de pensamientos no ayudan conseguir goles. Es un claro ejemplo de la profecía autocumplida, o como se conoce en psicología “el efecto Pigmalión”.
       Anticipar satisfacción o imaginar situaciones futuras realizando  las tareas adecuadas relacionadas con el logro, ayudan conseguirlo. Además, el “efecto Pigmalión” siempre se cumple para lo  malo, para lo negativo, disminuyendo las probabilidades de que los acontecimientos sucedan como desearíamos.
         Pero, por otro lado también señalaba en el mismo artículo “ en mi vida he buscado siempre superarme”. Lo que le diria a los jóvenes es que nunca bajen los brazos, que si uno quiere una cosa, puede hacerla, buscar la superación y nunca conformarse con lo que tenga, queriendo siempre más”.  Curiosos pensamientos contradictorios en un deportista excelente porque, mientras el primero disminuye las probabilidades de alcanzar el logro deseado, el segundo supone una de las claves para conseguir el máximo desarrollo potencial.